El área básica a trabajar es CIENCIAS NATURALES Y EDUCACION AMBIENTAL
La
Semana de Intercambio de Experiencias en Ciencias Naturales se realizó en la primera semana del mes de Septiembre de 2014 en la Institución Educativa Departamental de Manta, constituyó una muestra viva y activa en la medida en que permitió la
consulta directa entre experimentadores y destinatarios durante el acto mismo
de realización de las experiencias y de las exposiciones. El tipo de propuesta
a la que nos referimos recrea en la clase de ciencias las actividades que
habitualmente se utilizan en el saber y requiere de preparación y
“especialización” sobre un tema que otros alumnos (pares de otro curso) no
conocen aún, porque no lo han tratado con su docente, o al menos no lo han
tratado con la misma profundidad o perspectiva. Los niños y jóvenes contarán y
explicarán a otros niños (de su misma edad) y jóvenes lo aprehendido con sus
compañeros y su docente. Preguntas y respuestas se entrelazan en una clase
moderada por el maestro, que interviene en esta etapa, si es necesario,
reencauzando el tema que se desarrolla en su aula. El proceso que aquí se
producirá, según la experiencia en otros centros educativos, promueve la
comunicación en forma natural entre los alumnos, además de garantizar la
oportunidad a todos ellos de desempeñar un rol protagónico junto a su grupo
como hacedor y/o comunicador de cada experiencia.
En el marco de este proyecto se
propone investigar un tema clave
para la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias: es la comunicación que se
establece en el aula, entre los profesores y sus alumnos, a través del discurso
escrito, en áreas de conocimiento específicas: biología, física y química.
Atendiendo a la variedad de
recursos a los que recurren unos y otros cuando intentan construir significados
compartidos, se selecciona como unidad de análisis los trabajos prácticos dado que las metodologías
de la realidad escolar muestran que bajo ese rótulo se enumeran actividades
diversas que no siempre promueven el desarrollo de habilidades intelectuales,
sociales y sensorio motrices, para el trabajo en equipo y el desarrollo de la
autonomía, la resolución de situaciones problemáticas y el trabajo
experimental.
Mucho se ha
dicho acerca de la importancia de las prácticas de laboratorio para el
aprendizaje de las disciplinas científicas (Barberá y Valdés, 1996, Domin,
1999, Reigosa y Jiménez, 2000, Seré, 2002). Sin embargo, las metodologías de la
realidad escolar muestran que las actividades experimentales son infrecuentes o
presentan un diseño de “recetas” y/o “mostraciones” o se reducen a ejercicios de “lápiz y papel”. Esta
distorsión del trabajo práctico desaprovecha su potencialidad didáctica (De
Jong, 1998) y restringe el aprendizaje de los alumnos, que en nuestro caso
serán los futuros profesionales.
Los trabajos prácticos pueden resultar de utilidad tanto para comunicar información e ideas como para lograr un primer acercamiento a las prácticas de investigación científica.
Los estudiantes
de nivel medio concuerdan en que en los trabajos prácticos experimentales
constituyen uno de los espacios escolares que más disfrutan (Lorenzo y Rossi,
2007). Los docentes rescatan la importancia de estas prácticas, es por eso que
indagar las concepciones y los obstáculos que subyacen e impactan en las mismas
es de suma importancia para mejorar la enseñanza y aprendizaje en ciencias.
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